Galiá: Pintor universal 

En las alturas de Alcanar, en la montaña y mirando alternativamente el mar infinito y el imponente Montsiá, en la provincia de Tarragona en España, vive entregado por entero a la pintura el maestro Narcís Galiá, en una etapa excepcional de su actividad plástica. Exhibe ahora la exigente sabiduría de un alumbramiento artístico elaborado, brillante y paciente. De su mano va surgiendo prodigiosamente cada cuadro, con las especiales características de un estilo, madurado en incontables vigilias de creación solitaria y también de cátedra magistral en más de 20 años de profesorado en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. A su admirable condición de maestro de la pintura Galiá aúna su personalidad cálida, entusiasta, tierna y un alto y noble sentido de la verdadera amistad. El impacto inicial de su pintura lo produce el predominio del color que apasionadamente domina y deslumbra a quien se detiene a observarla. Es una gama romántica variada, compleja, sutil y original, llena de tonos y combinaciones exóticas que convocan al éxtasis. De sus casos iniciales en 1950 con bellísimas figuras humanas tomo Migdiada o la Cúcala, Narcís Galiá avanza poniendo su ojos escrutadores y su afortunado pincel en el descubrimiento cotidiano de novedosas e iluminadas versiones del paisaje de su provincia, la tierra de sus raíces vez más perfecta y refinada, los mejores esfuerzos, entusiasmos y logro de su ya monumental carrera de cerca de 50 años. Entre el bullicio innovador de la infaltable aventura en Paris y las soledades de ha discurrido su hermoso trajín de oficiante del En su caso se evidencia que puede más el genio del pintor autentico que cualquier influencia de tendencias en su formación. Es un realismo sobrecogedor el que caracteriza sus obras, en las cuales el portentoso imperio del color sacrificar sin embargo la calidad y el excelso preciosismo de la forma. Todo en Galiá es un triunfo del talento producir la mejor pintura cada día. Son los bellísimos entornos de Barcelona. Las calles, los edificios, los jardines y las montañas hacia arriba mirando a Dios como besando al cielo. Y, siempre con el estilo sentido peculiar de ese color atrayente e infinito matizando, en una escala tan variada como sorprendente las embarcaciones de los pescadores, las orilla majestuoso Mediterráneo convertidas en blanca golpeando las piedras, alejándose en planos su del imponente azul del mar y contrastando bellamente con el verde intenso de la vegetación y los rojos, amarrillos, carmelitas y naranjos encendidos del paisaje incomparable armonía con los sorprendentes derroches de luz. Como lo anota certeramente el crítico Ángel Marsá, en la pintura de Narcis Galiá se mantiene pura y fructuosa la equidistancia entre el color - forma- sentimiento, ordenación rigurosa de correspondencias y correlacione plásticas». Así se observa gráficamente en sus cuadros sobre los singulares asentamientos de las casase Alcanar, los abrigos de Tenerife, los parajes de Mallorrt de Cadaques, las visiones de Notredame, el SacreCrJ) el Sena en el luminoso París. Lo mismo en el formidable y revelador retrato del puerto de Péñiscola, y en el multiple secreto de sus versiones íntimas de la costa de Vinares y de san Carlos de la Rápida. En fin, la colorida, expresiva, sentida y singular panorámica de esa zona incomparablemente bella del Mediterráneo. A la pintura de Galiá, como a la aventura de Ulises, no se la puede concebir sino con la presencia atrevida de ese mar misterioso y eterno que es el Mediterráneo. Pero, como lo presagió Hornero de su héroe la obra de Galiá, sobre las olas del mar inquieto, ya logró tener de cerca, la tierra prometida del reconocimiento general a su inmenso valor y a su profunda calidad artística. Anclados su corazón, su espíritu y su vida en la Janeada, en Alcanar, en su amada provincia de Tarragona, llevándole todas las tardes a los niños de la escuela pública su conmovedora y espontánea enseñanza del dibujo; en la plenitud de su creación plástica, y en la merecida y definitiva consagración de su obra, el maestro Narcis Galiá demuestra que es, válidamente un significativo pintor universal. Y sueña, al lado de Mapy Gutiérrez, artista también y su excepcional compañera, como en el texto de Shakespeare, « enseñándole al arte lo que fue la belleza». 

 Alberto Santofimio Botero

A los mios: Libros de Mapy Gutiérrez


Con una vocacíon e inclinacion a las letras, herencia y aprendizaje de mis ancestros he recopilado mis cuentos y relatos, pasajes de mi vida. Estos libros han sido publicados en Colombia y en España donde resido actualmente.



Cuentistas


Existe actualmente en este sector del país un amplio conjunto de escritores representativos en el campo de la narrativa, puesto que del siglo XIX, sólo José María Samper cubre el panorama de nuestros narradores con trascendencia nacional.


Noventa son los libros de cuentos publicados hasta el año 2000 por cincuenta y tres autores tolimenses contemporáneos. En el cuadro que se anexa al final, se podrá encontrar, fuera de la ficha biobibliográfica de cada uno de los seleccionados, un detallado informe sobre el orden de aparición de sus volúmenes...


Los autores de cuentos, si realizamos un inventario detallado, son Eduardo Santa, Eutiquio Leal, Jaime Arbeláez, Cesáreo Rocha, Germán Uribe, José Pubén, Héctor Sánchez, Policarpo Varón, Germán Santamaría, Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo, Álvaro Hernández, César Pérez, Camilo Pérez, Manuel Giraldo-Magil- y Libardo Vargas, agregando otros que por libros publicados, figuraciones en concursos, apariciones en suplementos literarios y revistas o en algunas antologías, conforman parte de los hacedores de este género.


Son ellos Jorge Valderrama Restrepo, Hernán Altuzarra del Campo, Juan José Arbeláez, Hernando Ávila Vanegas, Hernando González Mora, César Valencia Solanilla, Carlos Kaffure, Henry Rengifo, Miryam Castillo, Ricardo Alfredo Torres y Luz Marina Henao, cerrando el ciclo los que comienzan a surgir en los últimos años, con libro editado, como Antonio Echeverry Gil, José Antonio Vergel, Jairo Restrepo Galeano, Nelson González Ortega, Jerónimo Gerlein, Julia Mercedes Castilla, Libardo Medina, Jaime Cubides, Dagoberto Páramo,

Eduardo Mendoza Carmona, Oscar Becerra Combariza, Jesús Alberto Sepúlveda Grimaldo, Fernando Devis Estefan, Boris Salazar, Mapy Gutiérrez, Héctor Abril, Efraín Gutiérrez, Zambrano, Jaime Alejandro Rodríguez, Carlos Flaminio Rivera, Elías Castro Blanco, Blanca Hilda León, José Omar García, José Ignacio Marín Barón, Oscar Godoy, Alexander Prieto e Itzama Tabares.



...Cuentos con temas precolombinos han sido abordados con fortuna por Hernán Altuzarra del Campo,

Hernando González Mora, Hernando Ávila Vanegas, Juan Francisco Alarcón López y Elías Castro Blanco y los de asuntos folclóricos por Blanca Álvarez de Parra, Raquel Bocanegra de Galvis, Leonidas Lozano Galindo, Edgar Antonio Valderrama y María del Pilar Gutiérrez, Mapy.





Nos queda, finalmente agregar, que existe hoy la profesionalización del escritor, una modernización de la estructura social que arroja nuevos personajes, la búsqueda de caminos literarios y la seguridad de contar con un equipo de escritores que muestra los niveles de desarrollo y atraso de la aventura humana, un manejo del tema urbano, por encima del rural o regional, lo que ofrece a la postre la suma total del habitante, una variación

argumental y la demostración de contribuir con vigor al panorama de la narrativa nacional. Es decir, El Tolima Cuenta.